Si bien no existen cifras oficiales, se estima que en nuestro país entre el 2,5% y el 7% de los menores de 5 años poseen algún tipo de rechazo a la ingesta de algún alimento considerado como alérgeno. ¿Qué hacer?, ¿cómo identificar los síntomas?, ¿cuáles son los costos asociados? Éstas y otras preguntas las responderemos a continuación.
De seguro has escuchado o tienes un caso cercano de un menor, incluso recién nacido, que haya sido diagnosticado con “alergia alimentaria”, pero, ¿qué significa esto? Que ante la ingesta de algún alimento específico su organismo reacciona de forma adversa, produciendo manifestaciones digestivas, respiratorias y/o dermatológicas.
Para conocer más de cerca la realidad que viven tanto los niños diagnosticados con esta patología como sus padres, recurrimos a María José Soublette, Coordinadora de Relaciones Públicas y Gestión de la Fundación Creciendo con Alergias, entidad cuyo objetivo principal es ayudar a todos las personas afectadas a tener una calidad de vida digna y segura.
¿Cuáles son las principales alergias que afectan a los niños chilenos?
En Chile, por lo general, la primera alergia que se detecta es a la proteína de la leche de vaca (APLV). Sin embargo, los niños son diagnosticados por presentar algún tipo de rechazo a diversos alimentos, siendo los principales el huevo, la soya, los frutos secos, el maní, el pescado, los mariscos y el trigo. Éstos son parte de los conocidos a nivel mundial como “grandes 8 alérgenos”, y que en nuestro país, según la ley vigente, deben estar rotulados en los envases que los contengan.
¿Cómo pueden los padres darse cuenta que su hijo sufre de algún tipo de alergia alimentaria?
Existen ciertos síntomas que pueden llevar a sospechar de una alergia alimentaria. Los más comunes son: dermatitis atópica, cólicos constantes, diarrea, deposiciones con sangre, vómitos explosivos y angiodema. Cada uno de ellos de manera independiente no es un indicador de la existencia de una alergia alimentaria, por lo que ante cualquier sospecha se sugiere consultar a un doctor para que realice el diagnóstico y pida los exámenes que considere necesarios.
¿A qué edad suele diagnosticarse la alergia alimentaria?
Lo ideal es que sea diagnosticada lo antes posible, es decir, en los primeros días de vida. Eso ayuda a comenzar el tratamiento de forma temprana, pues mientras antes se trate esta enfermedad, mejor es el pronóstico.
Desde marzo de 2013 existe la “Guía para el diagnóstico de la Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca”, elaborada por el Ministerio de Salud, que ha ayudado a los doctores, especialmente los primarios, a que ante la aparición de ciertos síntomas se pueda sospechar de esta patología de forma precoz.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento principal consiste en eliminar de la dieta el alérgeno que está causando la reacción. Por ejemplo, si es a la proteína de la leche de vaca, entonces se debe excluir dicho alimento de la dieta junto a todos sus derivados, como la mantequilla y el yogurt, por ejemplo.
La forma de enfrentar la dieta dependerá de la edad del niño con alergia. En el caso de los lactantes, es la madre quien deberá realizar la exclusión para no traspasar la proteína a través de la leche materna, mientras que los menores que se alimentan con fórmula deberán optar por aquellas tratadas para dicho fin.
En los niños que ya comenzaron a comer, la dieta deberá excluir el alimento que les produce alergias. Hay que ser cuidadosos y siempre tener la guía de un pediatra o especialista, ya que al ser una dieta restringida, pueden faltar en ella algunas vitaminas o minerales esenciales para el crecimiento.
En la Fundación sabemos de casos de niños mayores de 2 años que utilizan las leches vegetales, ya sean de arroz, avena, soya, etc. Muchas de ellas se pueden encontrar en supermercados y tiendas gourmet y vienen fortificadas con vitaminas y minerales como calcio, por lo que pueden ser un buen complemento.
También conocemos casos de menores que emplean leche de cabra con buenos resultados, pero, una vez más, toda decisión debe ser tomada en conjunto con el médico tratante, quien debe ser especialista en alergias alimentarias
¿Cuáles son los costos promedios que debe asumir una familia que posee algún miembro con alergia alimentaria?
En general, la canasta básica de un alérgico alimentario es bastante más cara. En el caso de tener que utilizar las fórmulas, el valor de cada tarro fluctúa entre los $20.000 y $36.800.
En caso de estar realizando solo una dieta de exclusión, el valor de las compras también se incrementa. Por ejemplo, hay niños que toleran únicamente carnes poco habituales como: wagyú, conejo silvestre y avestruz, entre otras, las que son bastante más caras que la de vacuno.
En caso de utilizar leches vegetales ocurre lo mismo. El valor promedio por litro es de $2.500 lo que representa casi un 500% adicional.
¿Qué políticas públicas existen actualmente en Chile para apoyar a los niños que padecen esta patología?
La Fundación Creciendo con Alergias ha trabajado arduamente para que existan políticas públicas a largo plazo que ayuden a los alérgicos alimentarios a vivir con esta enfermedad. En marzo de 2013 logramos sacar adelante en conjunto con el MINSAL: la “Guía para el diagnóstico de la Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca”, que fue un gran paso, ya que al ser publicada se entiende que el Estado reconoce la existencia de esta patología como una enfermedad, lo que antes no ocurría.
En ese mismo marco, se elaboraron también en conjunto con MINSAL, trípticos que ayudan a las mamás a comprender la enfermedad y a reconocer los distintos nombres que pueden tener la leche y sus componentes (caseína, suero de leche, etc.).
Otro de los temas que hemos pedido por mucho tiempo es que se haga un estudio de prevalencia para que finalmente podamos tener datos concretos de cuántas personas tienen alergia alimentaria en nuestro país. Ese informe ya fue licitado y entendemos que está en etapa de ejecución, por lo que en un futuro cercano deberíamos contar con estadísticas concretas.
También como Fundación hemos pedido por mucho tiempo que las fórmulas sean entregadas en el PNAC (Programa Nacional de Alimentación Complementaria). Este programa es universal, por lo que todos los pacientes serían beneficiados, sin importar su condición social. El MINSAL se comprometió a comenzar un plan piloto de entrega, lo que va de la mano con el estudio de prevalencia. Sin embargo, aunque sabemos por fuentes externas que ya empezó, no tenemos claro cuándo, quiénes, ni cuántos son los beneficiados.
Finalmente, estamos solicitando la entrega de autoinyectores a niños mayores de 3 años que sean pacientes proclives a presentar shocks anafilácticos, pues esta medida puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. En Chile, esta tecnología es escasa y cara, por lo que le estamos solicitando al Estado que entregue al menos 1 al año.
Alergia alimentaria vs. Intolerancia a la lactosa
Es importante mencionar que la alergia alimentaria debe diferenciarse de la intolerancia a los alimentos. Ésta última es una respuesta física anormal a un alimento o aditivo alimentario y no tiene que ver con una respuesta del sistema inmune. Un ejemplo de ello son las personas con intolerancia a la lactosa de la leche, la cual es causada por la ausencia o disminución de una enzima que descompone el azúcar de ésta, llamada lactosa.
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